Posee un excelente efecto insecticida sobre insectos rastreros y voladores. También controla eficazmente arañas y escorpiones. En campañas de salud pública, es elegido para realizar tratamientos para control de Triatoma infestans (vector de la enfermedad de Chagas) y Anopheles spp. (vector del paludismo).
Es fundamental aplicar este tipo de formulación en estructuras que permitan potenciar el efecto residual. En aplicaciones a la intemperie, como pasto, tierra, árboles, plantas en general y paredes externas descubiertas, el producto se encuentra sujeto a la degradación por rayos UV, microorganismos, y a hidrólisis por la acción del agua de lluvia o rocío. En paredes externas protegidas de los factores ambientales o en paredes internas, la residualidad de Ruster® puede alcanzar los cuatro meses. Por tratarse de un piretroide formulado en base acuosa, puede aplicarse en clínicas, colegios, guarderías, edificios e industrias diversas. En producción pecuaria intensiva resulta sumamente efectivo para el control de moscas. Dosis Insectos rastreros: 50 a 75 ml cada 5 L de agua (para 100 m2). Insectos voladores: 25 a 50 ml cada 5 L de agua (para 100 m2). Insectos vectores: 100 ml cada 5 L de agua (para 100 m2).
Debe diluirse en agua de calidad y en dosis adecuada. A diferencia de los concentrados emulsionables, este tipo de formulación debe agitarse hasta lograr una correcta homogenización. Para lograr una barrera perimetral eficiente, debe contemplarse una aplicación de alto volumen, con cilindro de compresión manual y boquilla de abanico plano (80º ángulo de descarga/flujo de 0,76 l por minuto). El rociado parejo en toda la superficie a tratar se logra trabajando a presión constante (40 PSI, recomendación de la OMS). En campañas de salúd pública, debe tratarse la totalidad de la superficie interna y externa de las viviendas. Esto se logra ubicando la boquilla a 0,45 m de la pared y comenzando a rociar en bandas ascendentes y descendentes (piso-techo-piso), superpuestas 5 cm entre ellas.